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Web 2.0: La cumbre, el ratón ¿y la burbuja?

El País, jueves 23 de octubre de 2006

Francis Pisani

LA TERCERA CONFERENCIA Web 2.0 se volvió tan importante (para sus promotores al menos) que la bautizaron "Cumbre" (Summit). Reunida en San Francisco del 7 al 9 de noviembre tenía aire de feria de aldea global. "Durante los seis primeros meses del 2007 vamos a ver materializarse un sin número de empresas y proyectos nacidos de acuerdos apalabrados aquí", comentó Tariq Krim, fundador de NetVibes.

De hecho cada empresario a quien pude preguntar pasó más tiempo en los pasillos del hotel que en la sala de conferencias. Era casi imposible entrar. Los organizadores se negaron a divulgar el precio, pero fue superior a los 3.000 dólares. Llegaron mil personas. Trece aplicaciones "ejemplares" fueron presentadas oficialmente. Muchas más fueron mostradas en los portátiles de los participantes.

Sphere figura en la lista. Permite encontrar referencias de blogs que se refieren a una nota o a un artículo determinado o que tocan el mismo tema. Stikkit se presenta con un post-it electrónico (la enésima tentativa) en el cual basta poner un nombre para que el sistema lo asocie con la lista de contactos o una fecha (u hora) para que la asocie y la guarde con el calendario. OmniDrive, solución de "almacenamiento universal" permite guardar todo en la web con la posibilidad de acceder a dicho contenido desde cualquier plataforma.

Los grandes también tienen sus novedades. Yahoo! Mail integrará pronto mensajería instantánea y correo electrónico. Permitirá pasar del uno al otro según la disponibilidad del interlocutor. Intel anunció SuiteTwo, un paquete para empresas con blogs de SixApart, wikis de SocialText, flujos RSS de News Gator integrados en una base de código abierto. Un paso hacia Empresa 2.0.

"¿Qué hemos descubierto?" se preguntó retóricamente Marissa Meyer, de Google. Evidente en términos generales y sorprendente en los detalles, la respuesta cabe en una sola palabra: "Velocidad". Contado en fracciones de segundos, el tiempo que cuesta bajar información, afecta el comportamiento de la gente.

Varias pruebas mostraron que querían páginas con un mayor número de respuestas (30 en vez 10). Pero cuando Google lo ofrecía el tráfico caía en un 20%. Hizo falta tiempo para entender que no se trataba de ninguna incoherencia, sino de que las respuestas se cargaban un poco más despacio. Acelerar el proceso llevó a un aumento del tráfico. La sorpresa según Meyer es que cuando la velocidad aumenta, la gente aprende más rápido y se siente más contenta. Corolario: contrariamente a cierta actitud todavía común, no se trata de que la gente se quede mucho tiempo en una sola página. "El volumen es lo que cuenta. Es mejor multiplicar las interacciones rápidas", dijo.

Animada por el propio Tim O'Reilly, promotor del concepto "web 2.0", una de las discusiones más interesante giró sobre la distinción entre el contenido generado por los usuarios y el provecho que se le puede sacar a la inteligencia colectiva.

Por considerarlo central a la comprensión de web 2.0, O'Reilly retomó el tema en su blog: PageRank, el sistema que le permite a Google clasificar los resultados de manera útil es un ejemplo de provecho de la inteligencia colectiva. Craigslist es, sin embargo, ejemplo de contenido generado por la gente.

O'Reilly agrega que para explotar la inteligencia colectiva es necesario poder implantar aplicaciones muy flexibles, ser capaz de responder rápidamente a las sugerencias o exigencias del público. Implica el cuestionamiento de los procesos tradicionales. Ahí, precisamente radica una de las fuerzas de MySpace, capaz de cambiar o eliminar lo que no le gusta a su audiencia.

La Cumbre dio a luz un ratón en términos de innovaciones. Fue sobre todo una inmensa oportunidad para negociar acuerdos entre start-ups e inversionistas, animados por la compra de YouTube. Es probable que la próxima burbuja vinculada a la web sea menos catastrófica que la primera, pero también es verdad que la palabra "burbuja" se vuelva a utilizar con más frecuencia.

La larga cola, ¿abundancia o diversidad?

FRANCIS PISANI
EL PAÍS - 26-10-2006       

Existían la superproducción y la distribución, pero al mercado le faltaba la superinformación que da Internet

EL LIBRO The long tail (La larga cola), de Chris Anderson, explica cómo la tecnología nos hace pasar de mercados de masas a mercados de nichos, al hacer rentable la venta de pequeñas cantidades de productos. Pasamos así de una cultura de la uniformidad a una cultura de la diversidad. La larga cola se refiere a una fórmula económica que tiene más de un siglo. Muestra que, en cualquier población, el 20% de los individuos disfruta del 80% de la riqueza, mientras que en todo mercado el 20% de los productos atrae al 80% de los consumidores. En un supermercado, por ejemplo, sólo encontramos una parte de productos, aquellos susceptibles de satisfacer al mayor número de clientes.

Permite ganar dinero vendiendo productos en pequeñas cantidades. La tienda de música Rhapsody gana más al vender pocas veces centenares de títulos que no se encuentran entre los 10.000 más populares. Pasa lo mismo con los productos digitales cuyos costos de almacenamiento y transporte tienden hacia cero y, hasta cierto punto, con los productos vendidos por empresas que usan Internet para bajar drásticamente costes. En la representación gráfica de ventas, la parte izquierda y alta representa los best-sellers. La parte derecha, que parece alargarse hacia lo infinito, representa los productos vendidos en pocos ejemplares. Esta larga cola es la que Internet hace rentable.

Tres factores lo permiten: "La primera fuerza, la democratización de la producción, puebla la larga cola. La segunda fuerza, la democratización de la distribución, hace que todo se puede conseguir; pero estas dos fuerzas no son suficientes. Es sólo cuando la tercera fuerza interviene, la que ayuda a la gente encontrar lo que quiere en esta supervariedad, cuando el potencial de la larga cola se libera". La oferta era limitada porque sólo se puede poner un número limitado de mostradores en un supermercado, y en cada uno, un número limitado de productos. Consecuencias económicas: se venden más durante más tiempo a más gente. Por eso, la expresión larga cola es popular entre los financieros. Las implicaciones sociales y culturales son tal vez mayores. De una cultura de mercado de masas estamos pasando a un mercado de nicho, explosión de diversidad.

Anderson cree que entramos en una economía de abundancia. Hay gran oferta de productos y mucha gente puede informarse sobre ello. La mayoría de los humanos sigue viviendo, sin embargo, en la escasez. Lo que cambia es la abundancia en la elección. Podemos encontrar lo que queremos a pesar de la abundancia de posibilidades. ¿No corremos el riesgo de una fragmentación social? Anderson no lo teme. "El mercado de nichos no sustituye el mercado de los hits". Cree que "la cultura de masas puede desaparecer, pero no la cultura de la comunidad". La larga cola nos introduce más en el mundo de la diversidad que en el de la abundancia.

'Homo conexus': donde se vuelve a hablar de Web 2.0

FRANCIS PISANI

El País, 19 de octubre de 2006

LA CONFUSIÓN acerca de lo que es Web 2.0 proviene de que el ensayo fundador de Tim O'Reilly era oscuro. Las propuestas de simplificación se multiplican. La versión más simple proviene del hecho de que podemos igualmente leer y escribir la web. Vale agregar a esta dimensión técnica la capacidad social y económica de aprovechar la inteligencia colectiva.

Según Tim Bray, de Sun: "la novedad es que la red es leer/escribir". Esta dimensión existía desde el inicio. De ahí la aportación del analista Dion Hinchliffe, para quien el fenómeno toma vuelo gracias "a una población interesada, dispuesta y capaz de contribuir y de consumir contenido leer/escribir". O'Reilly tardó dos días en contestar a Bray: "La aplicación Web 2.0 es una que mejora cuantas más personas la usan. Su corazón es la capacidad de aprovechar la inteligencia colectiva".


El debate lo retoma el periodista James Fallows en el original artículo Homo conexus: sus 15 días dedicados a llevar a la web la mayor cantidad posible de actividades. Afirma primero que "la nueva web es análoga, no digital". No es el resultado de una sola innovación sino de muchas ideas no todas revolucionarias. Su experiencia le lleva luego a afirmar que "la nueva web es digital, no análoga". Se divierte con la contradicción y precisa: "La inteligencia colectiva que la Web 2.0 organiza es más impresionante cuando envía señales diferenciadas en forma de sí o no, y peor cuando ofrece juicios". En eBay, por ejemplo, los comentarios permiten saber si un vendedor es bueno o malo. Al contrario, Fallows no aprecia las sugerencias de Amazon o Pandora para orientar sus compras.


O'Reilly ya ha criticado el artículo y propone la clasificación del fenómeno en cuatro etapas. En el nivel 3, el más elevado, "la aplicación sólo podría existir en la Red. Coge lo esencial de su poder de la Red y de las conexiones que facilita entre gente y aplicaciones". Ejemplos: eBay, Craigslist, Wikipedia, del.icio.us, Skype... En el nivel 2, "la aplicación podría existir offline, pero saca ventajas únicas al estar en red". La referencia es Flickr: se puede hacer lo mismo en un PC, menos enlazarse con la comunidad, lo que le da la dimensión esencial. En el nivel 1, "la aplicación tiene exito offline, pero mejora cuando está en red". Como Writely, el procesador de textos. En el nivel 0, "la aplicación encontró un espacio en red, pero funcionaría igualmente fuera de ella si se tuvieran todos los datos en una cache local". Es el caso de los mapas de Yahoo, Google o MSN. No se aplica a los mashups como Housingmaps.com. Conclusión: "En las aplicaciones Web 2.0, el nivel más elevado consiste en abarcar la red, entender que crea efectos de red y aprovecharlos en todo lo que se hace".

La revolución Web 2.0

AGENDA GLOBAL - Joaquín Estefanía

La revolución Web 2.0

La Red participativa

Joaquín Estefanía
El País, DOMINGO - 15-10-2006
Una nueva oleada de compras invade Internet. Hay que saber si los precios que están siendo pagados corresponden a su auténtico valor o se está hinchando otra burbuja

LA PASADA SEMANA, Google ejecutaba su mayor adquisición hasta la fecha. El gigante de la búsqueda de información por Internet adquiría la web de publicación de vídeos gratuitos YouTube por valor de 1.300 millones de euros. Google financiará la compra con acciones propias. La historia de Google ya se ha contado bastantes veces, pero mucho menos la de YouTube: una pyme californiana, nacida en un garaje y al frente de la cual hay dos jóvenes veinteañeros, incorporados ya a las clasificaciones de multimillonarios.

Hace unos días, el semanario The Economist estudiaba el modelo de negocio de YouTube y establecía una analogía con la cadena de cafés Starbucks: ésta tiene sillas confortables, pero no cobra a la gente por sentarse en ellas, sino que a través de las mismas proporciona un ambiente agradable (que le cuesta dinero a la empresa) que hace que los que entran compren un café a un precio bastante más caro que el habitual. Éste es, en esencia, decía el semanario, el modelo de negocio que han adoptado las páginas web que tienen "contenidos generados por los usuarios", como los blogs personales, las páginas de fotografías y, la última locura, los vídeos amateurs, que se pueden cargar y ver en páginas como YouTube. Al ofrecer un entorno de libertad de interacción, dichas páginas web son el equivalente online a las sillas confortables de Starbucks. "El problema es que, hasta ahora, ni tienen ningún equivalente al café caro que les aporte dinero y sirva para cubrir costes".

La operación citada no es sino el ejemplo más representativo de las operaciones de fusión que están teniendo lugar en los últimos meses en el espacio de lo que se ha venido en llamar Web 2.0, una nueva generación de Internet caracterizada por la participación de los usuarios. Empresas como la citada YouTube, McSpace, Flicks, Wikipedia, etcétera, han devenido en sus iconos y han sustituido en el corazón de millones de internautas a los ya tradicionales Google, Yahoo!, EBay, etcétera. Tom O'Reilly, quien ha popularizado el concepto de Web 2.0 ("la idea básica es utilizar la inteligencia colectiva"), recuerda que quien da vida a la Red son los internautas, cuya presencia es constante y cada vez más masiva; gracias a ellos, la Red ha sustituido a las guías telefónicas, responde a las preguntas que se le hacen en cuestión de segundos y envía vídeos en los que se puede ver a los actores de Regreso al futuro con la banda sonora de la película Brokeback Montain; es la principal fuente de información para los que no tienen artritis (para desdicha de los medios de comunicación tradicionales, que están siendo sustituidos) y un altavoz para aquellos que crean su propio material multimedia y lo descargan.

La compra de YouTube por Google no es una excepción. Hace año y medio, Yahoo! compró Flickr (de origen canadiense; millones de personas la usan para intercambiar instantáneas), y el consorcio IAC adquirió el quinto buscador del mundo, Ask Jeeves; tres meses después, Rupert Murdoch, a través de News Corporation, soltó 1.250 millones de euros por MySpace (la página predilecta de 100 millones de internautas jóvenes), y hace apenas dos meses, MySpace escogió a Google como proveedor de servicios de búsqueda, por lo que la última pagará 900 millones de dólares.

¿Se corresponden estas cifras con la valía de las empresas o estamos en una segunda edición de la burbuja tecnológica que asoló las bolsas de valores durante el cambio de siglo? Para estas compañías tan atípicas ¿sirven los criterios de valoración tradicionales (cotización/beneficio por acción, flujo de caja, ingresos corporativos...) o son más significativos otros como el número de páginas visitadas en exclusiva o el de usuarios registrados? Hay algunas diferencias entre aquella coyuntura y ésta, casi todas ellas cuantitativas: los usuarios de banda ancha en el mundo han crecido desde entonces de forma exponencial; y la publicidad, que entonces no entró en la cantidad que se había pronosticado, ahora sí lo está haciendo. Sin embargo, persisten muchas incógnitas.

El pulso de la blogosfera a 50 millones

FRANCIS PISANI
EL PAÍS - 21-09-2006

REFERENCIA EN LA MATERIA, Technorati ya indexa 53 millones de blogs. La barra simbólica de los 25 millones había sido rebasada a principios de enero. Las cifras, sin embargo, no dicen todo: ¿Quiénes son los blogueros? ¿Cuál es su relación con el periodismo? ¿Y con la política? Y los usuarios en esto ¿Cómo se la pueden arreglar para encontrar su camino en esta masa de informaciones... a veces valiosas? Tres instantáneas pueden ayudar a tomar el pulso de la blogosfera cuando rebasa los 53 millones.

Un estudio sobre los blogueros (estadounidenses) recientemente publicado por el Pew Internet and American Life Project (www.pewinternet.org) revela datos valiosos sobre la relación blogs/periodismo vista por los blogueros.

El 8% de los internautas adultos de EEUU tienen un blog. Más de la mitad tiene menos de 30 años. Casi cuatro de cada diez (dos veces más que hace dos años) leen blogs con cierta regularidad.

El periodismo dista mucho de ser su interés principal. Tres cuartas partes bloguean para expresarse y para mantener relaciones con familia, amigos (el fenómeno MySpace). Apenas un 11% se declaran "políticos".

Quienes consideran que se trata de una forma de periodismo no llegan a la tercera parte, pero el 57% se toma la molestia de incluir enlaces a sus fuentes, por lo menos de vez en cuando. El 56% toma el tiempo necesario para averiguar los hechos a los cuales se refieren. El 87% permite comentarios; el 8% gana dinero.

La mayor diferencia con el periodismo parece ser la duración. Realizado en dos tiempos, el estudio muestra que casi una tercera parte (29%) de las personas interrogadas la primera vez habían abandonado su blog siete meses después.

En el Medio Oriente, los blogueros tanto israelíes como palestinos abundan. Sus informaciones y testimonios dan una profundidad humana al conflicto. Es importante leer testimonios de ambos lados. Se encuentran en The Truth Laid Bare (.com). Los blogs, sin embargo, siguen espantando a las autoridades.

Después de los recientes atentados de Mumbai, el gobierno indio decidió bloquear el acceso a varios blogs (incluyendo a los hospedados en Blogspot.com). No tardó en invocar un supuesto "incidente técnico" para cerrar "dos páginas impertinentes".

En EEUU, Christine Axsmith, ingeniera informática bajo contrato con la CIA, acaba de ser despedida después de que escribiera una nota en su blog en la cual se pronunciaba contra la tortura. La nota fue publicada después de que la CIA anunciara oficialmente su decisión de aplicar la convención de Ginebra. Su público, además, era mínimo. Sólo era accesible (en la red Interlink) por el puñado de funcionarios con derecho de leer las informaciones "Top Secret", la crema de la CIA, del Pentágono y de la Casa Blanca.

Llama la atención que las organizaciones más secretas de EEUU hayan decidido utilizar este modo de comunicación abierta entre sus agentes. Axsmith había escrito tanto sobre la guerra de ideas en el Medio Oriente como sobre la mala comida de la cafetería. Según el Washington Post: "La CIA dice que los blogs y demás herramientas electrónicas son utilizados por gente trabajando sobre los mismos problemas para intercambiar informaciones e ideas". Algunos responsables han estimado que la discusión es útil, aun en ese entorno. Sin embargo, al castigar a alguien que se expresa libremente, los jefes reducen a la nada esa apertura.

¿Cómo seguir tanta información? se pregunta la gente. Cabe señalar una forma de organización de los flujos RSS que está de moda entre los expertos: el río de noticias. En vez de organizarlas en función del blog o del medio de origen, como se hace en MyYahoo, BlogLine o NetVibes ¿Porqué no reunirlos en un sólo río y leerlos en función de su hora de llegada (los más recientes arriba, sin importar su procedencia)? Tal vez sea la verdadera lógica de la web o, por lo menos, una lógica complementaria de la otra.

Where 2.0: localizar objetos y personas

 


FRANCIS PISANI
 
EL PAÍS - 07-09-2006
LA GEOWEB ES un de los sectores de crecimiento más rápido de Internet, según se vio en la conferencia Where 2.0, celebrada en Silicon Valley. Las decenas de programas y técnicas mostradas se reparten en dos grandes categorías: las representaciones gráficas del mundo real y las técnicas de localización de objetos y personas. Éstas son a la vez más prometedoras económicamente y están menos desarrolladas que los mapas.

Localizar objetos en tiempo real es indispensable para la logística de la era de la globalización. Hoy día, la técnica descansa en los códigos de barras. Requieren que la etiqueta sea escaneada con cierta frecuencia. El futuro está en las etiquetas emisoras (RFID) cuyo recorrido es seguido automáticamente cada vez que pasan cerca de una antena capaz de registrar el movimiento y transmitirlo. Acceder en tiempo real a esa información mejora la eficacia de la logística y reduce sus costes, reducción que desempeña un papel determinante en el dinamismo económico de un país.

La localización de las personas se logra primero gracias a los aparatos que emplean: los PC usan direcciones IP o punto de acceso Wi-Fi; los teléfonos móviles, las antenas; los localizadores con GPS son frecuentes. Hasta Bluetooth sirve para detectar la posición de individuos en una sala (servicio ofrecido por Imity.com).

La gran atracción comercial de la localización es que permite bombardear con publicidad local a medida (restaurantes chinos del barrio, por ejemplo). Pero da errores porque la precisión no es suficiente. Durante la conferencia se hizo una prueba de Loki, un software que localiza por la dirección IP. El programa concluyó que estábamos en Toronto en lugar de San José: las computadoras del hotel en el que tuvo lugar la conferencia están registradas en Canadá.

Mike Liebhold, investigador del Instituto para el Futuro de Palo Alto, atribuye el retraso de la localización a lo que califica de "obstáculos estructurales". "Mi móvil sabe dónde estoy, pero la empresa se niega a darme la información. Espera poder vendérmela algún día muy cara", dice.

La variedad de las técnicas de localización complica el panorama. Cada una (antena de telefonía móvil, GPS, Wi-FI o Bluetooth) funciona bajo ciertas circunstancias físicas. Placelab, software desarrollado por Intel y la Universidad de Washington, integra informaciones de varias tecnologías, pero no es suficiente.

Los datos de latitud y longitud universalmente usados no son suficientes para la transmisión digital. Google, MSN y Yahoo tienen su propio sistema de codificación y no tienen prisa (en particular la primera) en buscar un protocolo estandarizado. El problema, según Liebhold "es que la búsqueda y la indexación no son posibles". Menciona, como muchos durante la conferencia, el acuerdo en torno a GeoRSS, una tecnología sencilla que podría ser aceptada como estándar "por la comunidad de los cartógrafos, antes que las empresas de la web". Último punto, según Liebhold: no se sabe lo que la gente hará con dichas informaciones geográficas. "Hay mucha inversión en la tecnología, pero pocos estudios de uso".

Tampoco podemos olvidar la desconfianza que genera la localización. Corresponde al miedo de una sociedad en la que ya no habría más secreto ni vida privada. "Lo que juega aquí no es el miedo de hoy, sino el miedo latente de la posible participación de gente perversa en gobiernos futuros", afirma Liebhold.

Lo más curioso podría ser que el mismo potencial económico de las tecnologías de localización frenase su desarrollo. Hay mucha esperanza en el potencial de la publicidad local, pero "no son muchos los que construyen sus vidas alrededor del shopping", escribieron los organizadores de la conferencia en un documento publicado poco antes de su inicio. Agregaban: "En el pasado el dinero tendió hacia servicios lejos de lo útil, hacia lo comercial".

 

Ya casi me había olvidado (CiberPaís de F. Pisani, 20 de julio):

Where 2.0: contar historias con mapas en la Geoweb

MARAVILLOSO ENCANTO el de los mapas virtuales accesibles por Internet. Permiten visualizar interacciones entre ciberespacio y mundo real. Bellos, de lectura fácil, eventualmente útiles, representan un avance notable en la representación de la información geográfica y se convierten en una herramienta social. Están dando lugar al desarrollo acelerado de todo un sector bautizado la Geoweb.

"La manera en la cual manejamos la localización en nuestra vida personal tanto como en nuestra cultura está llegando al mundo digital", declara David Sonnen, presidente de Integrated Spatial Solutions (ispatial.com). "A cualquier lugar que vayamos", continuó, "hay una nube de información propia de la localización disponible en la Red. Estamos empezando a usarla. Está alcanzando el mundo real a la vez que agrega sus enormes capacidades comunicativas". Las perspectivas comerciales parecen significativas, como lo acaba de demostrar la segunda Where 2.0, que se llevó a cabo en San José (California) el pasado mes.

Los geógrafos llevan años usando computadoras (en el marco del Geographic Information System o GIS, entre otros), pero el trastorno se dio el día en que Google Maps decidió apostar por la simplicidad y permitió desplazar el mapa en la pantalla con un sencillo gesto del ratón (y luego al abrir los API [Application Programming Intercale], que permiten a los desarrolladores modificar los mapas de forma sencilla).

Como indicio de los avances realizados en un año, Google confirmó su ventaja al lanzar en esas fechas la nueva versión de Google Earth (earth.google.com), un impresionante programa que permite sobrevolar la tierra y jugar con sus relieves. La información disponible hoy corresponde al 20% de las tierras emergidas y al 30% de la población. "La gente empieza a utilizarlo, a poner etiquetas, informaciones y fotografías", declaró John Handke.

Con Sketchup, un programa asociado, podemos interactuar con ese mundo virtual y construir edificios en donde queramos, creando de esa manera nuevos universos cuyas fronteras con ciertos juegos virtuales como Second Life resultan bastante porosas. Microsoft está cerca con su Virtual Earth (virtualearth.msn.com), cuya misión es "crear acceso global al conocimiento local". Menos bonitas que las representaciones de Google, tienen la ventaja de no requerir que se copie ningún programa.

En la otra extremidad del abanico (en términos de recursos disponibles), cabe señalar la presentación del estudiante californiano Dylan Beaudette. Gracias al programa Open Source Grass, ubica virtualmente los senderos montañosos menos accidentados o que gozan de más sombra antes de lanzarse al mundo.

Las pequeñas empresas también abundan. Gutenkarte.com, por ejemplo, permite encontrar automáticamente todas las informaciones geográficas contenidas en un texto. Luego produce un mapa y enlaces a las definiciones correspondientes en Wikipedia. Elaborada por MetaCarta.com, la tecnología fue utilizada inicialmente por las empresas que querían usar sus datos no organizados. Se puede emplear ahora para profundizar en la lectura de las noticias o la literatura. Pueden seguir, por ejemplo, las aventuras del conde de Montecristo en su mapa respectivo.

"Las autobiografías -dónde vivo, trabajo, etcétera- tienen mucho éxito", explica Di-Ann Eisnor, cofundadora de Platial.com. Los usuarios pueden asociar fotos, textos y vídeo con los lugares que cuentan en su vida y compartirlos con otros.

Presidente de 43places.com, Josh Petersen nos recuerda que "las épicas de la antigüedad, las tarjetas postales de hoy son maneras de compartir historias humanas que surgen alrededor de lugares. Nuestro sitio crea redes de vínculos sociales sueltos. No replicar las relaciones que tenemos con amigos o familia nos permite encontrar gente que no encontraríamos de otra manera o con quienes no comunicaríamos". Resulta fascinante constatar que nadie sabe cómo la gente terminará usando los mapas, pero montar un negocio sobre tal incógnita puede albergar sorpresas.

 

 

Lo siento, no lo puedo evitar!!!

Google y sus Tendencias

Ayer en un artículo de The New York Times, David Leonhardt afirmaba que Internet sabe lo próximo que vas a hacer ("The Internet Knows What You'll DoNext).

Para llegar a esta conclusión D. Leonhardt citaba a John Battelle y su idea de base de datos de intenciones ("the database of intentions"), y como herramienta para visualizar esta base de datos, escribía que Google ha dado un gran paso con Google Trends, que sirve para comparar y saber qué se está buscando en Internet. Es interesante!?.